El acercamiento al deporte blanco es un camino único para cada quien, aunque a veces coincidan las rutas, tomar contacto con la raqueta por primera vez es una experiencia muy particular y reveladora. En algunos casos la pasión se hereda en casa, pero en otros, como el caso de María Andrienko, fue a través de la pantalla chica que se enamoró del deporte blanco.
La jugadora de 15 años empezó a jugar cuando apenas tenía seis años, tras probar la sensación de golpear una pelota por primera vez no pudo soltar la raqueta y en Lozano-Altur Tennis Academy trabaja para vivir el sueño que tiene desde pequeña; ser una jugadora profesional.
“Me encanta el tenis”, afirma la rusa sin duda alguna, una tenista que se describe de una forma muy precisa. “No me rindo, trato de estar allí hasta que muera, así que creo que soy muy luchadora”, detalla en medio una disciplina que cada día es más competitiva y exigente desde temprana edad.
Nacida el 23 de mayo del 2004, Andrienko explica que para ser una jugadora profesional de tenis debe ser paciente, muy responsable y además, hacer “todo como el entrenador diga”, un método que sigue al pie de la letra en cada jornada de práctica junto a Nacho Beneytó. “Trabajo para mi futuro, me gusta hacer cosas que amo hacer. Trabajo para convertirme en una Top 10, para ser un buena jugadora y una buena persona”, complementa la jugadora juvenil.
Andrienko vivió un año para subrayar en su joven carrera, en mayo de 2019 sumó sus primeros puntos en un torneo ITF celebrado en Perú y consiguió inscribir su nombre en la clasificación mundial, un paso muy importante en su lista de metas, donde siempre resalta ganar tantos partidos y torneos como le sea posible y por supuesto, jugar en Wimbledon y Roland Garros, sus torneos predilectos.
Con una potente derecha y un sólido revés a dos manos, su golpe favorito, María confiesa que no tiene una jugadora de la actualidad a la cual idolatrar en estos momentos, pero si una figura o modelo a seguir, como la campeona de 23 Grand Slams, Serena Williams, su jugadora favorita.
En Lozano-Altur Tennis Academy trabajamos cada día para formar atletas integrales, capaces de ser profesionales preparados más allá de una vida en las canchas, resaltando sus valores. “Soy una buena persona, creo que estoy loca, divertida y muy amigable”, revela María, quien comparte su alegría de entrenar en la que para ella es se segunda casa. “Me encanta todo, no hay nada que puedas cambiar”.
Estudiar mucho y montar a caballo complementan la vida de una joven que está consciente del esfuerzo, la dedicación y la disciplina que exige el tenis, pero más allá de dejarse intimidar por semejante tarea, los retos se han convertido en combustible para su pasión.