El tenis profesional es una de las carreras más duras, un deporte individual donde la derrota está a la vuelta de la esquina cada semana y donde sólo los inmortales son capaces de establecer marcas legendarias, de maravillar al mundo con sus victorias.
Inspirado por su padre para jugar tenis desde los cuatro años de edad, “Tim” también estuvo en el camino del fútbol, pero la raqueta pesó más en su mente y actualmente es uno de los mejores tenistas de Kazajistán, país al que ya ha representado en la Copa Davis.
Con la tierra batida como su superficie favorita, Skatov se trasladó a España en el 2017 para trabajar en nuestra casa, donde ha estado entrenando con nuestro director, José Altur. “Entrenaba en Rusia, jugaba con jugadores rusos y jugábamos a lo loco, donde haces lo que se te ocurre”, confiesa el derecho de 22 años . “Luego me trasladé a España, donde empecé a trabajar con mi entrenador, José Altur. Me dio algunas reglas, como los fundamentos que tengo que usar, y en los últimos tres años he estado aprendiendo de verdad”, remarca el número 155 de la ATP.
Timofey alcanzó la mejor clasificación de su carrera, hasta ahora, el pasado trece de febrero al ubicarse como el número 125 del mundo, posición que a la que ascendió tras destacados resultados en el circuito profesional, como el título que alzó en el Challenger de Parma el año pasado.
El kazajo hace un balance y detalla cómo ha evolucionado su juego hasta ahora. “Intento mezclar lo que tenía de joven y lo que he aprendido en España, con un poco más de control. Muchas veces juego un poco diferente, corro mucho, me gusta, a veces es divertido. Es una mezcla de todo, pero seguro que no soy un gran servidor”, reconoce el tenista de 22 años.
(Vídeo cortesía de ATP Challenger Tour)
La experiencia que marcó el rumbo de Timofey
La decisión de ser jugador nunca es sencilla, pero desde niño “Tim” sabía lo que quería ser y el camino que tenía que seguir para perseguir el sueño. “Primero, cuando tenía como 12 años, era el momento de elegir entre más escuela y tenis. Y luego, la primera vez que fui a Estados Unidos a jugar el torneo junior Orange Bowl, me sorprendió mucho ver a muchos jugadores que jugaban mucho mejor que yo. Después de aquello, me senté con mis padres y mi entrenador y dije: ‘Vale, ¡me gusta el tenis y no me gustan los estudios!’”, revela Skatov cuando recuerda en qué momento decidió ser profesional de la raqueta.
Admirador de Roger Federer, “Tim” se mudó de casa a los diecisiete años, consciente de que esta decisión lo llevaría a ser más independiente, y como él mismo explica, “a convertirme más en un hombre, y asumir más responsabilidades por mí mismo, como empezar a practicar y a trabajar más duro de lo que lo hacía”.
Su crecimiento ha sido continuo , no solo escalando posiciones en el ranking de caballeros y acercándose al ansiado Top 100, Skatov ha elevado su tenis, compitiendo en su superficie favorita, la arcilla, pero consiguiendo también brillar en pista de cemento.
Fanático del fútbol y de la moda, Timofey aprovecha las bondades de nuestra ciudad para disfrutar en su tiempo libre, visitando las playas de Valencia para pasar tiempo con sus amigos o pasar un buen rato con un libro, pero fijando también un noble objetivo con las generaciones más jovenes que quieren ser como él y para los que quiere ser un ejemplo de trabajo y dedicación.